Los primeros chips de computadora se diseñaron en torno a los estándares de TTL de 5 V. A medida que la informática hogareña se fue masificando en la década del 80, la necesidad de reducir los costos impulsó el uso de geometrías de transistores más pequeñas y, por lo tanto, más matrices/circuitos individuales para obleas específicas.
Cuanto más pequeños son los transistores, más aumenta la tensión efectiva, lo que permite un menor consumo de energía. (Al reducir el voltaje de alimentación de 5 V a 3,3 V, se logra una reducción del 34 % en el consumo de energía estática y del 56 % en el consumo de energía dinámica, siempre que las demás condiciones se mantengan estables).
Las ventajas en cuanto a la relación costo-velocidad-energía suelen superar los riesgos de mayor susceptibilidad en términos de ruido y compatibilidad electromagnética del sistema. Las demandas actuales de menor consumo de energía y el aumento en el uso de sistemas de alimentación a batería significan que los fabricantes de componentes CMOS de 5 V prácticamente han desaparecido.
Sin embargo, el respaldo de sistemas legados instalados y la necesidad de contar con compatibilidad inversa es una preocupación constante para los proveedores de sistemas en el mercado industrial, energético, de transporte, aeroespacial y militar. Los ciclos de vida de los productos y de mantenimiento son más prolongados y los costos de reclasificación son más elevados que en otros mercados. Su necesidad continua de robustez en términos de ruido y compatibilidad electromagnética por lo general no se ve fácilmente satisfecha por los dispositivos de tamaño reducido sensibles a la geometría de hoy en día.
Rochester aún puede ofrecer y fabricar muchos dispositivos de 5 V. Nuestras capacidades incluyen:
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